Si siempre la lleváramos en nuestra cartera o bolsillo? Si volviéramos por ella cuando la olvidamos? Si la abrieramos varias veces al día? Si nos sintieramos desesperados sin ella? Así como recibimos mensajes de texto como este y la leyeramos, también leyeramos los mensajes de Dios. No tendríamos que preocuparnos por desconecciones por falta de pago, pues Cristo ya pago la factura. Enviado desde mi móvil BlackBerry Orange.
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